Las innumerables
historias que provee el futbol, plagado de sucesos que marcaron el destino de
jugadores, entrenadores, equipos y hasta selecciones. A días del mundial en
Brasil, es imposible no rememorar el hecho que involucro al arquero Moacyr
Barbosa, quien permanece en la memoria colectiva futbolera, tras haber
transcurrido casi 64 años, Se lo denominó el Maracanazo.
Moacyr, nacido el 27
de marzo de 1927 en Campiñas de Sao Paulo, había comenzado su carrera con a
penas 15 años en el Ypiranga de San Pablo. En 1945, era una promesa. Contratado
por el poderoso Vasco Da Gama, un año después dio el salto a la selección
carioca. Seguro, elástico y con sentido de colocación; Características que lo
consolidaron el mejor arquero del momento.
Todo pasó en el Mundial
de 1950 en Brasil, un 16 de julio con el estadio Maracaná repleto de
aficionados. El conjunto carioca, ampliamente favorito para consolidarse campeón,
se enfrentaba ante un Uruguay que no destacaba nada más que su voluntad.
Estaba todo listo para
el festejo ya que el local, con solo un empate se consagraba victorioso.
Pero el destino así no
lo quiso, en el minuto 34 del segundo tiempo, el marcador igualado en 1, la
pelota llega a los pies de Alcides Ghiggia, quien amaga a tirar un centro y
Barbosa, comete el error que lo marcará por el resto de su vida. Da un paso
hacia delante y deja descubierto el primer palo, Ghiggia no dudó en patear un
violento pelotazo entre el arquero y el
poste. Uruguay así convierte su segundo gol y el estadio queda absolutamente
enmudecido. “Cuando me di cuenta que la pelota estaba dentro del arco, un frío
paralizante recorrió todo mi cuerpo y sentí de inmediato la mirada de todo el
estadio sobre mí”, afirmo Moacyr, arrepentido de la acción que marco su vida y
carrera.
La pesadilla que vivió
en carne propia Barbosa, luego se tiñó de condena para toda su vida. El perdón
en esa época estuvo ausente y “El Maracanazo” resulto ser una tragedia
nacional, todo el país lloró e incluso a quienes afirman que suicidios.
Moacyr no pudo superar
la humillación nacional y el pueblo no lo se lo permitió, pasó de ser el mejor
arquero nacional a ser el más odiado. Años después Ghiggia, en un homenaje en
Brasil, afirmó. “Barbosa no falló. Tire casi sin ángulo y el pensó que iba a
dar pase atrás, como hice en el primer gol con Schiaffino. Por eso dejó un
espacio”.
Moacyr Barbosa, el
mejor arquero paulista del momento, condenado por un delito que no cometió.
Falleció solo y casi indigente en San Pablo el 7 de abril de 2000 a la edad de 73 años.
En vida recibió las más
grandes humillaciones, esta situación puso en relieve la grandeza y miseria del
deporte.¿Las pasiones desnudan lo peor de la humanidad?.
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